María Vicente

María Vicente no solo bate récords: ¡los bate en tiempos récord! La incontenible nueva estrella del atletismo español arrasó en el Campeonato de Europa Sub20 de Boras (Suecia). No es de extrañar que poco después se convirtiera en el miembro más joven de la familia de colaboradores de Richard Mille.

Cuando se hace un repaso de los títulos y trofeos que ya ha conquistado la joven catalana, es fácil olvidarse de un pequeño detalle: María tiene solo 18 años. Con 53 récords de España, se ha consolidado —y de lejos— como la mejor atleta española de heptatlón, además de proclamarse campeona mundial de Heptatlón Sub18 (en 2017), justo antes de colgarse la medalla de oro en el último Campeonato Europeo Sub18. No conforme con ello, también ha batido el récord mundial de heptatlón sub18.

En agosto de 2019, logró un espectacular oro en Boras. No solo logró superar a sus rivales, también batió sus marcas personales. María encaró la final sabiendo que ya había superado sus mejores resultados en jabalina, con un lanzamiento de 44,18 metros, 5 metros más lejos que su mejor marca hasta el momento. Su victoria pendió de un hilo en los 800 metros, una prueba en la que tuvo que aguantar una intensa lluvia. Mientras sonaba del pistoletazo de salida, María era consciente de que debía hacer la mejor carrera de su vida y arañar varias décimas con un tiempo de 2:24.79 como máximo. No solo lo consiguió, sino que superó el reto con creces por ocho segundos con un impresionante tiempo de 2:16.29 y se convirtió en la primera española que rebasaba los 6000 puntos, ocupando el lugar más honorífico del podio con una épica suma de 6150 puntos.

En reconocimiento por su hazaña, fue premiada en la gala de los Premios Nacionales del Deporte de 2017 con un galardón a la atleta más prometedora que le entregó el rey Felipe. También tuvo el honor de ser la abanderada del equipo español en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires en octubre de 2018. Con una estatura de 1,80 metros, ideal para una atleta, María empieza a tomar consciencia de la fuerza y el poder de su cuerpo gracias a clases de baile. La filosofía de María, movida por su empeño en demostrar lo mejor de sí misma, deja entrever qué le motiva para superar no solo los obstáculos de la carrera, sino también los que se impone a sí misma. Aun con la victoria en la mano, solo se siente realmente satisfecha cuando cruza la línea de meta habiendo superado sus propios objetivos.

Con tantos triunfos en su haber a tan temprana edad, María tiene muy claro que el mundo del atletismo espera mucho más de ella. Las expectativas que genera no le resultan apabullantes, es más, es capaz de transformar la presión en motivación. Pese a su impresionante trayectoria hasta la fecha, María sabe que todavía le queda mucho por conquistar y advierte, con un marcado deje catalán, de que «todavía no habéis visto nada».

Con semejante talento, era de esperar que Richard Mille invitara a María Vicente a unirse a la familia de la marca, y ahora luce el RM 007 Titanio.